Rojo Ferrari. Todo el mundo lo conoce, seas un entusiasta de los coches o no. ¿Pero el amarillo? A la mayoría le resulta menos familiar. Pero no entre los entusiastas, que saben que el amarillo ha formado parte de la paleta de colores de Ferrari desde el principio. Este fantástico Dino 246 GT es uno de esos coches que quedan muy bien en amarillo, o dicho de forma más bella: Giallo Fly.
El Dino 246 GT fue un homenaje rodante al hijo de Enzo Ferrari, Alfredo 'Dino' Ferrari. Dino Ferrari, ingeniero, había propuesto una gama de motores más pequeños en los años 50, pero debido a su prematura muerte en 1956, nunca vio su sueño hecho realidad.
Al final, Enzo aprobó la "submarca" Dino para que sirviera como marca que pudiera competir con coches como el Porsche 911. Con su motor V6 montado en posición central, que permitía una distribución ideal del peso, y un frontal más aerodinámico, el Dino se convirtió en un auténtico deportivo digno del nombre Ferrari.
Ese motor V6 es una obra de arte. Tiene 2.419 cc, cuatro árboles de levas en cabeza, tres carburadores Weber 40DCNF/6, una caja de cambios manual de cinco velocidades, suspensión independiente en las cuatro ruedas y frenos de disco en todas ellas. Hoy en día, 195 CV pueden parecer, como mucho, "deportivos", pero en aquella época era una potencia muy respetable para un coche deportivo. El Porsche normal más rápido, el 911S, tenía potencias que oscilaban entre 160 y 190 CV en aquellos años. Otras variantes del 911 tenían bastante menos potencia.
Inicialmente, el Dino tenía un motor de seis cilindros y 2,0 litros, pero en 1969 se amplió a la mencionada variante de 2.419 cc, como se ve en este Dino. El motor, construido por Fiat, con sus bancadas de cilindros en un ángulo de 65 grados, cuenta con un bloque de hierro fundido con culatas de aluminio y fue más que suficiente para impulsar al 246 GT, diseñado por Leonardo Fioravanti, a un gran éxito de ventas. No fue sólo el motor; la dirección, muy directa y comunicativa, también desempeñó un papel importante.
El Dino 246 GT que ve aquí se entregó en 1971 a través de Charles Pozzi en París. Pertenece a la segunda serie del 246, que contaba con varias mejoras en comparación con los primeros ejemplares. A los 113.000 kilómetros, el motor de números coincidentes, junto con la caja de cambios y el embrague, fue completamente reconstruido, y eso fue hace sólo unos pocos miles de kilómetros. Como resultado, el 246 GT es un coche que se conduce excepcionalmente bien y que siempre ha recibido el mantenimiento adecuado.
Ahora bien, cada Ferrari Dino 246 GT ya es excepcional, pero éste es aún más atractivo debido a los accesorios originales, como la radio Voxson, las llantas de aleación Campagnolo y las cubiertas de los faros Carrello. Junto con la ejecución general, esto lo convierte en una versión muy codiciada del ya muy apreciado Dino 246 GT.
El biplaza se entrega con manuales, la documentación necesaria y un montón de facturas de mantenimiento.