"Todo lo que necesitas es una carretera abierta, marchas cortas, altas revoluciones y un Mustang Fastback V8". - Ken Miles
Ken Miles sabía exactamente de lo que hablaba. Porque efectivamente: todo lo que necesitas es una carretera abierta, marchas cortas, altas revoluciones y una bestia V8 bajo el capó. Y seamos sinceros: ¿qué coche se fabricó exactamente para esto?
El Mustang Fastback V8 es el sueño de cualquier entusiasta de los coches. El motor V8 de 289 CI no sólo proporciona potencia bruta, sino que produce un rugido que te hará sonreír, quieras o no. Presentado en 1964 como uno de los tres legendarios "pony cars", junto con el Chevrolet Chevelle y el Plymouth Barracuda, el Mustang destacó inmediatamente. Porque es mucho más que un pony car: es un pura sangre. Un icono con un inconfundible estilo americano, una suspensión suavemente ajustada y ese inolvidable sonido V8 que resuena en lo más profundo de tu alma.
¿Y cuando el tiempo acompaña? Tomarás el "desvío innecesario", que no es el camino más rápido a casa, pero sí el más divertido.
¿Y el nuestro? Un Ford Mustang GT Fastback de 1966 que llegó a Holanda en 2007. Un A-Code con un carburador de cuatro barriles para mejorar el rendimiento. Acabado en un impresionante Ivy Green metalizado con interior Pony negro, lo que lo convierte en un clásico muy codiciado.
La restauración técnica completa -incluida la reconstrucción del motor, la revisión de la caja de cambios, el nuevo sistema de escape y el radiador- fue realizada por Lusso Classics en 2021. Acompañada de una gruesa pila de facturas que ascienden a 36.000 euros. No se escatimó en gastos.
Suena como un American Cool Classic, ¿no crees?