Un sombrero de copa dice más que las palabras.
El Land Rover Defender. Un coche que fue sinónimo de esnórquel, barras de toro, cabrestantes, trincheras y la sabana en África. Hoy en día, el Defender holandés medio lo tiene un poco más fácil. La pendiente más pronunciada es la del puente del canal Prinsengracht, y el todoterreno por el arenoso camino de las clases de equitación también es algo, ¡Baudouin! Pero bueno, el Defender, consideraciones prácticas aparte, es y será siempre un icono.
Los autoencendidos de cuatro o cinco fuegos se prestan perfectamente para arrastrarse por el barro y entregar mucha potencia a bajas revoluciones. El inconveniente es que alcanzar los 100 km/h no es tan suave como el crecimiento medio de tu barba y tenían el manejo de un adolescente saliendo del pub por primera vez tras la crisis del Corona. Tophat hizo reír con dolor de muelas al icono del Defender, los 'AMG-tjes y SVR'ren'. ¿Cómo? Totalmente reconstruido con árboles de levas personalizados 3.9L V8, acoplado a una transmisión manual de 5 velocidades, respirando a través de un sistema de escape de válvulas personalizadas, por supuesto. ¿Es necesario? Nuh. ¿Divertido? ¡Gadverdamme que bueno!
Y bueno, puedes poner bonitas cruces en, digamos, Designo del G en estos días, pero nada puede igualar el Top(hat). Nuestro Land Rover Defender 90 Tophat: acabado en negro con tapicería de cuero acolchado a juego. Una jaula antivuelco para el exterior, llantas Land Rover Sawtooth de 16″, embellecedores de guardabarros de aluminio con chapa de damero negra, una parrilla y toma de aire KBX, inyección de gasolina computerizada, un parachoques trasero estilo NAS, una consola central con cerradura Tuffy, cámara de marcha atrás, Apple carplay, asientos delanteros calefactables y un equipo estéreo personalizado para que disfruten 6 pasajeros. O más bien de tu tabla de surf: ¡para surfear en el Republic de Bloemendaal o hacer crowdsurfing sobre los spotters en el Brink de Laren!
¿Nos vemos pronto?