Icónico como pocos, síntesis de un altísimo automovilismo histórico, un coche de competición.
Este ejemplar de Maserati 3500 GTi de 1963 representa la máxima evolución de este modelo, inyección Lucas, potencia de 235 CV, transmisión ZF de 5 velocidades, cuatro frenos de disco, potenciador de frenada y ese interior de color claro, deseado por uno de sus propietarios, que lo hacen aún más único.
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Massimo
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