Aunque puede que no sea el modelo más conocido de Maserati, eso no significa que no estemos encantados con esta incorporación a nuestra colección. Construido en una edición limitada de sólo 485 unidades, de las cuales sólo 175 estaban equipadas con el motor extra potente de 4,7 litros. Y este es uno de ellos. De la variante de 4,2 litros se construyeron 310 unidades. ¿Por qué mencionamos específicamente esta última? Actualmente también tenemos en stock una variante de 4,2 litros, que puede consultar en el resto de nuestro inventario.
En el Salón del Automóvil de Turín de 1965, Maserati presentó un prototipo basado en un chasis 5000 GT de 4,9 litros. El diseño fue creado por Virginio Vairo, mientras trabajaba en Vignale. El modelo recibió una acogida increíblemente positiva en el salón y más tarde fue vendido al Presidente de México, Adolfo López Mateos. El coche pronto pasó a conocerse como el México. Cuando John Surtees ganó el Gran Premio de México al año siguiente en su Cooper-Maserati T81, Maserati tuvo claro que las casualidades no existen y decidió crear una versión de producción del México.
En 1966, el México se hizo realidad, construido sobre la plataforma acortada del Quattroporte de primera generación. Inicialmente, el México sólo estaba disponible con un V8 de 4,7 litros, con las bancadas de cilindros bellamente colocadas en un ángulo de 90 grados. Cuatro Webers dobles 38 DCNL5 alimentaban el motor, dando como resultado 290 CV de los ocho cilindros. Eran cifras impresionantes para la época. En 1969, se introdujo la versión más pequeña de 4,2 litros. Finalmente, se fabricaron 305 unidades de esa variante, más que de la versión de 4,7 litros.
Durante los años de producción (1966-1972), el México sufrió varios cambios. El lujoso interior se mejoró con tapicería de cuero, elevalunas eléctricos, salpicadero de madera y aire acondicionado. También se incorporó la dirección asistida. La transmisión automática estaba disponible como opción, pero no se instaló en este modelo en concreto. Afortunadamente, porque la caja de cambios manual combina perfectamente con el motor V8.
La variante de 4,7 litros venía de serie con llantas de alambre cromado Borrani de 650×15″, presentes en este coche. Además, el México fue el primer Maserati equipado con frenos de disco asistidos en todas las ruedas.
Este precioso México azul es la variante "grande" del ocho cilindros con 290 CV. Es un coche raro, y este México se encuentra en un estado excelente y original. La carrocería es impresionante y aparece muy limpia. La pintura ha sido renovada en el pasado, realzando la belleza del coche. La pintura azul parece aún más vibrante debido a los abundantes cromados, como las mencionadas llantas Borrani, los parachoques, la parrilla, las salidas de aire, los embellecedores de los umbrales y los marcos de las ventanillas. Los huecos entre paneles son muy limpios, lo que garantiza la uniformidad.
El interior es típicamente italiano: bonitos indicadores, madera, mucho cuero y un diseño muy elegante. Las alfombrillas han sido sustituidas en algún momento y complementan a la perfección el exterior del coche. El salpicadero es de madera lacada y alberga los instrumentos Veglia Borletti. El kilometraje mostrado en el exquisito velocímetro es original, un hecho respaldado por la extensa documentación que acompaña al coche. El coche viene con un certificado Maserati Classiche, que confirma que tiene números coincidentes. Por lo tanto, el magnífico motor de ocho cilindros es el mismo con el que el coche salió de fábrica en 1971.
En resumen, se trata de un México impresionante con una hermosa pátina ligeramente envejecida que aumenta su atractivo original. Técnicamente, el coche está en excelentes condiciones. Este año se realizaron importantes trabajos de mantenimiento por un total de casi 10.000 euros. Junto con la extensa pila de facturas, los certificados adecuados y el hecho de que este coche conserve su motor y ruedas originales, lo convierten en un clásico muy deseable.
