Aunque la palabra "pagoda" recuerda a lejanos lugares exóticos, la serie W113 de Mercedes obtuvo su legendario apodo después de que el diseñador Paul Bracq ideara el tan característico techo rígido para este modelo en una aburrida nave industrial alemana. El objetivo era conseguir una buena visibilidad y suficiente espacio para la cabeza del conductor y el acompañante. El techo, como el de una pagoda, se doblaba en el centro como consecuencia del mayor espacio para la cabeza y, por tanto, le dio su nombre. Llamativo, al fin y al cabo, era un tipo de coche que se comercializaba enfáticamente como roadster. De hecho, la serie W113 tuvo que sustituir al 190SL. El 190SL era un sucesor "asequible" del legendario 300SL, por ejemplo, sirvió de inspiración para un elemento de estilo recurrente en forma de faros uniformes. En cualquier caso, en términos de características de conducción, la serie 113 supuso un gran salto adelante para Mercedes. En su momento, los periodistas del motor describieron el comportamiento en carretera como si el coche circulara sobre raíles. También por primera vez se prestó seria atención al aspecto de la seguridad, el nuevo SL fue el primer deportivo del mundo en el 64 con un habitáculo rígido, mientras que el maletero y el compartimento del motor servían de zona de deformación. Para reducir el peso del coche, los paneles de las puertas, el capó y la tapa del maletero eran de aluminio. Aunque la denominación de tipo significa Sport y Leicht, a pesar del uso de materiales más ligeros, el SL se convirtió más en un turismo que en un auténtico deportivo. El 280SL es la última versión de la famosa serie W113 y, por tanto, también la más desarrollada. En combinación con la cómoda caja de cambios automática, el entusiasta del confort dispone de la versión definitiva. Para los que buscan un coche así, que quieren disfrutar de la conducción y que no tienen que ganar una competición, éste es el coche. La carrocería de este SL es sólida como una roca y elegante. El coche no tiene daños dignos de mención ni signos de uso. La calidad de la pintura es excelente y tiene un bonito brillo profundo. El trabajo de cromo es perfecto en todo. La parte inferior también es dura y libre de óxido. En el interior todo está impecable y, por ejemplo, el cuero de los asientos parece nuevo. El coche se conduce excelentemente, tiene una presión de aceite perfecta y está técnicamente al día. La restauración de este SL se llevó a cabo en 2010, la calidad actual de la carrocería indica que se ha realizado un trabajo profesional. La capota descapotable también fue renovada, todavía está en condiciones nuevas. El coche viene con un techo duro pintado de negro, lo que hace que el coche uno de los pocos convertibles clásicos a un aspecto hermoso, incluso con un techo duro. De ahí el nombre, la Pagoda.