El concepto de estilo italiano combinado con la potencia de los V8 americanos estaba bien establecido a finales de los años 60 y sin duda influyó en la decisión de AC Cars de reconfigurar su deportivo Cobra de fuego como un lujoso Grande Routière. Un chasis Cobra MkIII con suspensión helicoidal se alargó en la distancia entre ejes 15 cm y se envió a Italia para revestirlo con una elegante carrocería de acero de Pietro Frua. El resultado habla por sí solo. El primer coche, un descapotable biplaza, se terminó a tiempo para el Salón del Automóvil de Earls Court de 1965, mientras que un cupé fastback aún más sensacional se presentó en el Salón de Ginebra del año siguiente. Aunque el motor Ford Galaxy de 428ci (7,0 litros) producía menos potencia que el del Cobra 427, la variante de 345 CV era capaz de ofrecer todas las prestaciones que los clientes deseaban.
A pesar del peso del coche, 1.416 kg, y de no verse obstaculizado por la transmisión automática que equipan la mayoría de los coches, este asombroso motor permitió a los probadores conseguir tiempos de 0 a 100 km/h en menos de seis segundos y tiempos de 0 a 160 km/h en aproximadamente 14,5 segundos. Con una velocidad máxima de más de 140 km/h. Lastrada por un precio elevado -el 428 costaba considerablemente más que el contemporáneo Aston Martin DB6-, la producción nunca alcanzó los niveles del Cobra; sólo se fabricaron 81 entre 1966 y 1973, con una división de aproximadamente 51 coupés y sólo 30 descapotables. Se estima que quedan aproximadamente 40 habitáculos.
Este ejemplar se matriculó por primera vez en junio de 1969 y es uno de los aproximadamente seis ejemplares construidos con transmisión manual. Este ejemplar se encuentra en un estado especialmente original en su totalidad. El exterior ha sido repintado una vez por razones cosméticas, pero el interior se encuentra en un estado completamente original y el cuero sigue siendo maravillosamente flexible a pesar de su edad.
El sonido del aire acondicionado es hermoso y el motor 428 es potente y suave. La caja de cambios también es agradable y, de hecho, no se oye ningún ruido no deseado. En otras palabras, un contendiente para el crucero final.