"Los grandes coches no los crean los comités".
El Porsche 356. El coche que lo empezó todo para Porsche. Ferdinand Porsche padre diseñó el icónico Volkswagen Escarabajo en 1931, pero fue su hijo, Ferry Porsche, quien en 1939 sentó las bases de una auténtica revolución sobre ruedas: el Porsche 356.
Aunque en un principio tomó prestada la tecnología de Volkswagen, Porsche no tardó en retocarla a fondo. El motor, la caja de cambios, el interior y la dirección se mejoraron con precisión alemana. Y entonces... llegó la luz. En 1948, los primeros prototipos cobraron vida, y el mundo nunca volvió a ser el mismo.
Los nuevos Porsches se vendieron como rosquillas, ¿y por qué no? Con una aerodinámica que sonrojaba al aire, un manejo que se adaptaba a la carretera como un viejo amigo y una calidad de construcción capaz de poner celoso a un tanque, el 356 impresionó a todo el mundo. ¿Y lo mejor? Era un coche para el uso diario. Los principios básicos de Porsche, hasta el día de hoy.
¿El nuestro? Exactamente lo que cabría esperar. Lleva aquí en Holanda desde 2003 y sólo ha visto la luz del día con buen tiempo. Ha sido inspeccionado, mimado y mantenido en Porsche Centrum Gelderland y está listo para salir a la carretera inmediatamente.
Así que abróchese el cinturón de seguridad, arranque el motor y sienta el eco del big bang que se convirtió en Porsche. Esto no es sólo conducir, esto es conducir un Porsche.
"En 1948, el Sr. Porsche decidió que cualquier coche que simplemente te llevara de aquí a allá no iba lo suficientemente lejos".