Uno de los elementos más atractivos de los deportivos de esta época es su sencillez. Con un robusto motor bóxer de 1,6 litros, el 356 produce la potencia justa para ofrecer una experiencia divertida y atractiva. Combinado con la transmisión manual y una banda sonora cautivadora y burbujeante, no es de extrañar que estos pequeños y bonitos coupés sigan siendo codiciados.
El coche arranca y funciona muy bien, sin fugas evidentes y sin humo en el arranque o bajo carga. En marcha, la caja de cambios cambia bien y no hay golpes ni ruidos extraños en la suspensión.