Coge una berlina familiar, añádele un bóxer de 4 cilindros y 2,5 litros y una tracción total. Déjalo cocer a fuego lento y espolvoréalo con complementos aerodinámicos para que quede bien. Esta es la receta para un campeón de rallies. Subaru lo ha entendido y lleva perpetuando la receta desde los años 90. Este coche de última generación se sentirá tan cómodo dejando a los niños en el colegio como marcando un tiempo scratch en una etapa de rally de Nueva Zelanda, ¡como Colin McRae!