Este Triumph TR3 de 1957 comenzó su vida bajo el sol californiano, pero ¡vaya si ha sufrido modificaciones! Oficialmente está registrado como un modelo de 1958 con matrícula estonia, lo que parece un secreto bien guardado. En 2010, este encantador británico recibió un serio cambio de imagen de unos 150.000 dólares en Estados Unidos. Este fue un proyecto de pasión absoluta del propietario anterior, siendo este su último activo. Este hermoso bribón brilla en rojo, y no tiene ningún miedo de mostrar algo de músculo. Echa un vistazo a esas extensiones personalizadas de los pasos de rueda, los parachoques cromados y esos tubos de escape laterales dobles: seguro que sabe cómo presumir.
Por dentro, es como un bar de cócteles de buen gusto. Asientos de cubo recubiertos de vinilo beige. Pero este TR3 tiene un toque moderno con un sistema estéreo Pioneer y un volante Moto-Lita. ¿El cuentakilómetros digital? Bueno, revela que sólo ha visto unos pocos kilómetros. Bajo el capó hay un Ford V8 de 347 c.c. que le da un toque rebelde. Un carburador Edelbrock de cuatro barriles y una admisión personalizada con filtros cónicos dobles. Con una caja de cambios Tremec de cinco velocidades y un eje trasero Currie de 9″, ¡este TR3 está listo para engomar la goma de los neumáticos!
Sin embargo, para conseguir todo esto en la carretera, tiene una suspensión modificada. Con una configuración delantera independiente al estilo Mustang II y una configuración trasera de cuatro brazos.
Este es un ejemplar único en el mundo del motor, un ejemplar único que no se parece a ningún otro ejemplar del automovilismo. Si podemos hacer nuestra propia comparación, el Carrera GT es un caballo de tiro de las Ardenas. El Bugatti Chiron es un pura sangre árabe, y nuestro TR3 es un búfalo de 500 kilómetros corriendo por una cacharrería.
Así que, si lo que buscas es un subidón de adrenalina instantáneo y poner a prueba tus habilidades al volante, este Triumph TR3 de 1957 es exactamente lo que no le hará ninguna gracia a tu vecino.
Pásate pronto por el Cool Classic Club, antes de que este búfalo se vuelva loco.