La historia detrás de este coleccionable...
Y no es un coche de colección cualquiera. Se trata del Aston Martin V12 Speedster, un proyecto nacido de las mentes de Q by Aston Martin, el reservado estudio de diseño de la marca dedicado a las creaciones más raras y espectaculares que salen de Gaydon. Inspirado en el legendario DBR1 de los años 50 -el mismo coche que lanzó a Aston Martin a la fama internacional en el mundo de las carreras- y combinado con tecnología futurista y materiales como la fibra de carbono y el titanio, sacados directamente de cazas modernos como el F/A-18.
Bajo el capó se esconde el corazón palpitante: un V12 Twin-Turbo de 5,2 litros, diseñado para rugir sin filtros, ya que el Speedster viene sin techo ni parabrisas.
Único en su especie
Cool Classic Club se enorgullece de presentar algo extraordinario: un Aston Martin V12 Speedster único. Sólo se entregaron tres en el impresionante color Skyfall Silver, y éste es uno de ellos. De hecho, este es el motor número 2 de sólo 88 construidos en todo el mundo. ¿Número 1? Ese era el propio prototipo de Aston Martin.
¿Qué hace a este Speedster aún más especial? Una especificación del cliente meticulosamente curada: Cubiertas de plexiglás para guardar los cascos, retrovisores de fibra de carbono y detalles interiores. Y la guinda del pastel: el único Speedster acabado con costuras y detalles en rojo.
¿El kilometraje? Unos simbólicos 95 kilómetros.
Este coche define lo que significa ser un objeto de colección: un objeto de deseo, una escultura, un tributo al pasado y una audaz declaración de cara al futuro.
Sólo se construyeron 88 unidades.
Pero sólo uno como éste.
Un icono como ningún otro.