El Bugatti Veyron 16.4 de 2006 debe su nombre a su exclusivo motor de 16 cilindros con cuatro turbocompresores. Esta obra maestra de la ingeniería, propulsada por un W16 de 8,0 litros que produce 1.001 CV, alcanza una velocidad máxima de 407 km/h, lo que convierte al Veyron en el coche de producción más rápido del mundo en ese momento. La tracción a las cuatro ruedas, combinada con su diseño aerodinámico y sus frenos carbonocerámicos, proporciona estabilidad y control incluso a velocidades extremas. El Veyron sigue siendo un hito en la historia del automóvil.
Prestaciones:
0-100 km/h en 2,5s
Velocidad máxima: 407 km/h
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