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Los Corvette vienen en una gran variedad de colores: desde elegantes tonos metalizados hasta los típicos pasteles de los 60, las opciones son infinitas. Esta vez tenemos un enfoque ligeramente diferente: este precioso Corvette C2 Convertible viene en acabado Blanco Armiño que contrasta maravillosamente con su interior rojo brillante. Los entendidos habrán observado que este descapotable tiene rejillas en el capó que indican que se trata de un modelo de principios de 1963.
Este Corvette está en excelente estado, con la carrocería que ha tenido un repintado, afortunadamente manteniendo su color original. Con mínimos signos de uso es una belleza para la vista. Esta combinación de colores con sus aleaciones sin duda aumenta su atractivo entre los amantes del Corvette.
La carrocería es una maravilla que se lleva, lo mismo cuenta para el resto de su aspecto exterior. Los brillos están muy cuidados y las luces están en perfecto estado, aunque en la parte delantera permanecen ocultas. La capota blanca también está en muy buen estado, sin daños y cierra uniformemente, aunque nosotros preferimos conducir con la capota bajada.
Con la luz del sol inundando el interior te transportas inmediatamente a los años 60. En un habitáculo muy ordenado el rojo brillante se precipita hacia ti. Las alfombrillas rojas son impecables, al igual que el acabado en aluminio. Por supuesto, los numerosos indicadores tienen un aspecto estupendo y funcionan perfectamente. Hay un volante rojo intacto con radios de acero, lo mismo ocurre con el cónsul central a pesar de estar ligeramente descolorido por el paso del tiempo, aunque añade pátina.
Como en todos los Corvette la mecánica es una fiesta. Un grueso V8 de 327 pulgadas cúbicas. ¿Oyes ya su profundo rugido al arrancar? Nosotros sí. Conducir un Corvette siempre apela a la imaginación. La sensación que se tiene detrás es incomparable. Un gran volante, un V8 gorgoteante, el largo morro y la sensación de que estás más o menos sentado entre las ruedas traseras. Es, sin duda, la sensación perfecta de "Rey de la carretera" o, como dirían los americanos, "Presidente de la carretera".
La conducción es una auténtica delicia gracias a la caja de cambios manual Borg-Warner que encontrarás en este coche. La caja de 4 velocidades cambia de marcha sin esfuerzo gracias al tacto deliciosamente mecánico de su corto empuje. El embrague, el empuje y la dirección rezuman potencia y precisión. Aunque no es políticamente correcto hoy en día, es un coche para hombres. El Corvette tiene muchísima potencia, por no hablar de su enorme par motor. Para frenar este Corvette, el C2 dispone de frenos de disco completos, lo que resulta muy tranquilizador. El suelo, la suspensión, el compartimento del motor y los frenos no sólo están en excelente estado de funcionamiento, sino que su aspecto también lo está.
Podrías perder el tiempo rebuscando entre el papeleo adjunto, pero apostamos a que estarás pegado al volante de este Corvette durante las primeras semanas.