Alfa Romeo Montreal - El compañero imprescindible Bienvenido a los años 70. Este es el coche que encarna a la perfección una década en la que la pintura dorada metalizada y los motores V8 eran la respuesta a todos los problemas de la vida. Una época en la que la Agencia Tributaria no era buena en matemáticas y todo el mundo brillaba en gloriosa irresponsabilidad. Y era maravilloso. Este Alfa Romeo Montreal de 1974 viene en el escandalosamente extravagante y original color "Oro Metallizzato" - el tipo de oro que te hace querer llevar una gruesa cadena sobre una camisa abierta de poliéster. Y nos encanta. La fiesta continúa dentro con un interior igual de llamativo: Avana Beige. Es el color de un esmoquin vintage - lujoso y suave - y da la sensación de estar a punto de ofrecerte una botella de Chivas Regal y un mechero. Este es el coche para la persona que no pide atención, simplemente la impone. Bajo esa brillante carrocería baja, dibujada por el dios del diseño Marcello Gandini (sí, el hombre detrás del Miura), se esconde la prueba de que los ingenieros de Alfa Romeo estaban bebiendo de la fuente de la locura. Incorporaron el motor de su feroz prototipo de carreras Tipo 33, un avanzado V8 totalmente de aluminio con lubricación por cárter seco. Y mira esos faros: esas geniales "persianas" de lamas. Gandini debió pensar: "Pongámosle gafas de sol a los faros, son demasiado chulos para estar siempre a la vista". El Montreal es lo que pasa cuando le dices a un diseñador que no se mantenga dentro de las líneas. Sólo se construyeron 3.925 de estas obras maestras mecánicas, lo que lo convierte en una joya rara. Y en esta especificación Oro Metallizzato - tan rara que casi no queremos venderla - tendrá el motor más legendario de Alfa envuelto en su diseño más icónico de los años 70. El Montreal es el coche definitivo. Originalmente entregado en Europa y traído a los Países Bajos en 2003, ha sido meticulosamente cuidado desde entonces. Si buscas un coche modesto y sensato, compra un Toyota. Si buscas un coche que ruja, brille y huela a gasolina y a alegría pura y sin filtros, acabas de encontrar tu nueva obsesión. ¿Nos vemos pronto?