Anunciado por primera vez en 1961, es bien sabido que el ligero motor V8 del deportivo SP250 proporcionaba a la ya de por sí talentosa plataforma MK2 de Jaguar una flexibilidad añadida a sus atributos. El Daimler nunca fue impulsado por el fabricante, ya que se decía que William Lyons prefería los motores de seis cilindros en línea ya establecidos. Como resultado, la injusta reputación se mantuvo y el coche siguió siendo una delicia oculta. Su virtud de ser una de las mejores berlinas V8 británicas jamás fabricadas en un elegante y atractivo conjunto lo convierte en una de las mejores berlinas de crucero de los años 60.
Se trata de un coche original portugués que fue comprado por su actual propietario hace 20 años en buenas condiciones de conducción, pero sometido a una restauración de la A a la Z sin escatimar costes. Su magnífica y meticulosa restauración tiene que ser vista para ser apreciada.
Se trata de una venta privada y el propietario está abierto a ofertas, sabiendo que no alcanzará su coste de restauración. Se admiten ofertas.