Las películas sobre el legendario agente James Bond son fascinantes por diversas razones, pero casi todos los fans de Bond esperan con impaciencia un nuevo estreno al menos por dos cosas: a todo el mundo le interesa quién será la nueva chica Bond y qué coche conducirá.
007 apareció en las salas de cine por primera vez en 1962 y, desde entonces, estas películas han contado con varias docenas de los coches más variopintos que existen. La mayoría de ellos eran increíbles y tras aparecer en la película se convirtieron en una especie de icono de su época, pero también hubo algunos que al señor Bond le hubiera venido mejor estrellar. Por ejemplo, el Citroën 2CV, el taxi tuk-tuk Bajaj RE y el Ford Mondeo difícilmente iban con la imagen de un héroe salvando el mundo, pero eran un buen añadido al presupuesto de la película (en 2002, sólo Ford Motor Company pagó 35 millones de dólares por la posibilidad de presentar uno de sus coches en Muere otro día).
En las primeras películas de James Bond, el famoso agente conducía un Blower Bentley, pero si hubiera que nombrar una marca de coches que sea la más asociada a Bond, sin duda sería Aston Martin. A lo largo de medio siglo, 007 y los modelos de esta marca británica se han convertido en inseparables, creando quizá la asociación automovilística y cinematográfica más exitosa de la historia.
Dyler.com ha elaborado un Top 7 simbólico de los coches Bond más conocidos, que incluye tres Aston Martin, así como representantes de otras cuatro marcas.
Aston Martin DB5
Sin duda, es el coche de James Bond más conocido de la historia y el que estableció la longeva amistad entre 007 y Aston Martin. El tiempo ha demostrado que el DB5 es ya una leyenda tanto en el mundo del automóvil como en el del cine. Tras aparecer en Goldfinger en 1964, la popularidad de este modelo fue sensacional -algunos lo han calificado de estrella nada menos que que el propio Sean Connery. Todo el mundo estaba fascinado por las excepcionales mejoras: matrículas giratorias, ametralladoras y un asiento eyectable. El Aston Martin DB5 también apareció en películas posteriores: Thunderball, GoldenEye, El mañana nunca muere, Casino Royale y Skyfall. En 2019, uno de los cuatro DB5 utilizados en Goldfinger se vendió en una subasta por 6.385.000 dólares.
Toyota 2000GT
Llamado el primer japonés supercoche, el increíble Toyota 2000GT que se vio en la película de 1967 Sólo se vive dos veces no pertenecía a James Bond, sino al agente del gobierno japonés Aki. Sin embargo, merece la pena hacer una excepción e incluirlo en esta lista porque no sólo el coche desempeñó un papel importante: la historia de cómo llegó hasta allí también es interesante. El Toyota 2000GT original se fabricó como coupé, pero para esta película se hizo una versión descapotable a medida porque el fornido Sean Connery no cabía en el diminuto deportivo.
AMC Hornet
Si alguien hubiera preguntado qué le gustaría al propio agente, probablemente nunca habría conducido un coche de AMC, pero tal fue el acuerdo publicitario por el que la compañía estadounidense pagó la cifra récord de 5 millones de dólares. En la película de 1974 El hombre de la pistola de oro, James Bond -interpretado esta vez por Roger Moore - conducía un utilitario de dos puertas que parecía bastante sencillo a primera vista. ¿Qué lo hacía especial? Sólo hacía falta una escena: tras robar el coche rojo americano de un concesionario, Bond lo utilizaba para perseguir a sus enemigos y demostrar una impresionante maniobra: un salto en tirabuzón de 360 grados sobre un río. Esta escena está considerada como una de las 10 mejores acrobacias de las películas de Bond de todos los tiempos.
Lotus Esprit S1
Si hubiera al menos otro coche que pudiera desafiar a los icónicos Aston Martin de Bond, sería el Lotus Esprit S1. La película de 1977 La espía que me amó es memorable por la que quizá sea la mejor escena de persecución de James Bond de todos los tiempos, y los productores se aseguraron de que este Lotus estuviera impresionantemente armado. No olvidemos que este coche también era capaz de transformarse en un submarino. La aparición del Lotus fue tan memorable que, tras el estreno de la película, el Esprit recibió pedidos para los tres años siguientes por adelantado. Por cierto, uno de los Lotus Esprit S1 utilizados en la película fue adquirido en una subasta en Londres en 2013 por 997.000 dólares - por el CEO de Tesla, Elon Musk.
Aston Martin V8 Vantage Volante
El Aston Martin V8 Vantage Volante visto en la película de 1987 The Living Daylights fue el primer Aston Martin que aparecía en una película de James Bond en 18 años. El regreso estuvo marcado por una explosión: Timothy Dalton conducía un descapotable que estaba equipado con una gran variedad de armas y tenía misiles, láseres y un cohete propulsor.
BMW Z8
Los creadores de las películas de James Bond empezaron a trabajar con BMW en 1985, cuando los bávaros pagaron 3 millones de dólares para que el legendario agente se sentara al volante de un Z3 roadster (se ha publicado que BMW ganó posteriormente 240 millones de dólares sólo con las ventas). Bond condujo más tarde una limusina 750iL, pero probablemente fue el elegante Z8 que lució en la película de 1999 El mundo no es suficiente que mejor se adaptaba a su imagen. Las principales armas instaladas en el coche eran un par de cohetes laterales que se utilizaron en una escena para ayudar a derribar un helicóptero. Sin embargo, los enemigos no tardaron en enviar otro helicóptero que acabó con el Z8. Esa fue la última vez que James Bond condujo un BMW.
Aston Martin Vanquish
Tras la era BMW en los 90, James Bond volvió a ponerse al volante de un Aston Martin en la película de 2002 Muere otro día. "Aston Martin lo llama “The Vanquish”, nosotros lo llamamos “The Vanish”: así es como Q. presenta el nuevo juguete de Bond en la película. Este Aston tenía lo que probablemente era el dispositivo más extraño jamás visto en un coche de Bond: la capacidad de hacerse invisible. Mientras tanto, todo lo demás era el equipamiento estándar que Bond necesitaba para salvar el mundo: torpedos, un asiento eyectable y escopetas de tiro montadas en el capó.
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