Hemos llegado a un punto en el que casi podemos incluir Lancia en la lista de marcas extintas. Quién iba a pensar que la compañía que en su día produjo obras maestras de la ingeniería y el diseño como el Stratos, el Fulvia, el Delta HF o el Beta sólo les quedaría el supermini Ypsilon. Sí, la teoría de la evolución por selección natural de Darwin es despiadadamente válida también en el mundo del automóvil.
En más de cien años de actividad, Lancia ha producido muchos modelos impresionantes, pero mientras que casi todo el mundo conoce el Stratos o el Delta HF, el Thema 8.32 ha caído inmerecidamente en el olvido. La historia del Thema comenzó en 1979, cuando junto con SAAB y Alfa Romeo, el Grupo Fiat decidió crear una nueva plataforma que compartirían para sus nuevos coches ejecutivos: el Lancia Thema, el Fiat Croma, el Alfa Romeo 164 y el SAAB 9000. La ambición de Lancia no era sólo competir con el Opel Rekord o el Ford Granada, sino también intentar codearse con el BMW Serie 5 o el Mercedes-Benz Clase E.
El primero de los cuatro en salir fue el Lancia Thema, en 1984. Era un coche bastante bueno en su momento, pero había muchos otros coches como él. Así que Lancia, con sus pretensiones de convertirse en una marca premium, decidió que necesitaba su propia versión del M5, y reclutó a Ferrari para que le echara una mano. Así nació uno de los Lancias más singulares de la historia: el Thema 8.32. Los números del nombre significaban que llevaba bajo el capó nada menos que un Ferrari V8 Tipo F105L de 3,0 litros y 32 válvulas procedente de los modelos 308 Quattrovalvole y Mondial.
Dado que el motor se había modificado ligeramente para adaptar sus características a la gran y pesada berlina ejecutiva, se había reducido la potencia de 240 a 215 CV, pero se había aumentado el par de 240 a 285 Nm. Y el interior contaba con todas las comodidades de una suite presidencial, incluidos acabados en nogal y cuero de Poltrona Frau y un sinfín de componentes electrónicos. Especialmente impresionantes eran los reposacabezas traseros, que se abatían automáticamente al poner la marcha atrás, y el alerón trasero de elevación electrónica -el primero que se instalaba en un coche de producción- era una innovación aún mayor. Si no fuera por este alerón y otras sutiles diferencias (las llantas de aleación al estilo Ferrari y los emblemas amarillos adicionales "8.32"), se podría haber pensado que se trataba de una berlina italiana normal.
Con el motor Ferrari, el Thema de 1,5 toneladas alcanzaba los 100 km/h en 6,8 segundos, no muy lejos del BMW M5 (6,1 segundos). La velocidad máxima era de unos 240 km/h, también territorio del M5. Sin embargo, el Thema 8.32 ni siquiera se acercaba al Ferrari 308 o al BMW M5 en las curvas. La cuestión es que el propio concepto de la plataforma del Thema era muy poco propicio. Todos los Thema eran de tracción delantera, por lo que el motor Ferrari también tenía que mover sólo las ruedas delanteras. Y poner un motor grande y potente en un coche de tracción delantera nunca es una buena idea. La configuración ponía el 62% del peso del coche en el eje delantero, por lo que el coche se diseñó para recorrer la Autobahn a altas velocidades con lujo, más que para tomar curvas a buen ritmo. Los escépticos llegaron a afirmar que el Thema 8.32 no era más que un desperdicio innecesario de un V8 de Ferrari, y había algo de verdad en ello. Porque la versión más potente, 2.0 litros 16V turbo del Thema apenas era más lenta que el 8.32, pero era más ligera y se manejaba mejor.
Se fabricaron un total de 3.971 Thema 8.32, por lo que es un coche casi tan raro como el Ferrari Mondial. Y la buena noticia es que, aunque un Thema 8.32 nuevo cuesta más que el M5, el Lancia es actualmente una auténtica ganga comparado con el M5 E28, que ahora cuesta varias veces más. Puede comprar un 8.32 en buenas condiciones por entre 10.000 y 15.000 euros, lo que lo convierte probablemente en la forma más barata de tener un Ferrari V8 bajo el capó.
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