El reciente cambio de marca de Jaguar no es sólo un lavado de cara, sino un intento de reinventar lo que la empresa significa para el mundo. Sin embargo, para Jaguar no es la primera vez que se enfrenta a la adversidad.
Los retos han formado parte de su ADN durante los últimos 50 años. Desde clásicos icónicos como el E-Type y D-Type hasta décadas de rendimiento irregular y cambios de propietario, Jaguar ha sido el ejemplo de perseverancia.
Luchas y remontadas
A pesar de su estatus de culto en la historia de la automoción, Jaguar siempre ha luchado por mantenerse al día con las demandas del mercado. A lo largo de la historia de la marca se han retrasado modelos (el F-Type, por ejemplo, debía debutar en los años 90), el liderazgo ha cambiado de manos y ha habido una incapacidad constante para crear vehículos líderes en el mercado que inspiren lealtad a la marca. Incluso los ambiciosos intentos de modernización -desde los retrodiseños hasta los motores diésel y la energía eléctrica- se han quedado cortos debido a la escasez de recursos.
En la última década, el esfuerzo de Jaguar por posicionarse como el "BMW británico" ha fracasado. Mientras BMW domina las calles de las ciudades, son raros los avistamientos de nuevos Jaguar. Para una marca que en su día se definió con un puñado de coches legendarios, su identidad se ha difuminado y el interés del público ha decaído. En los últimos años, Jaguar corría el riesgo de caer en el olvido. Jaguar apenas aparecía en las conversaciones.
Un cambio radical necesario
Enfrentada a opciones limitadas, Jaguar tuvo que dar un paso valiente para seguir siendo relevante. Cerrar el negocio no era una opción, sobre todo teniendo en cuenta que JLR (Jaguar Land Rover) seguía siendo capaz de sostener económicamente la marca. Con recursos limitados para producir híbridos, vehículos de combustión interna y coches eléctricos simultáneamente, la empresa decidió centrarse únicamente en los vehículos eléctricos, una decisión arraigada en el futuro del mercado automovilístico, a pesar de que las perspectivas de los vehículos eléctricos han empezado a menguar en los últimos años.
El momento no podía ser mejor.
El momento no podía ser mejor. BMW, aunque con éxito, está sumida en la controversia sobre el diseño, y Mercedes carece de una dirección y un espíritu claros. Jaguar ha visto la oportunidad de romper el mercado ofreciendo algo fresco y atrevido. No es la primera vez que Jaguar realiza cambios radicales. Cuando el XJS sucedió al querido E-Type, su diseño poco convencional suscitó debates y, sin embargo, acabó convirtiéndose en uno de los modelos de mayor éxito de Jaguar, permaneciendo en producción durante 20 años.
La nueva era de Jaguar
La última apuesta de Jaguar es una gama de vehículos eléctricos de lujo de gama alta, pero el reto sigue siendo: ¿habrá suficiente demanda? El mercado de los vehículos eléctricos de lujo es un nicho y el interés de los consumidores por este tipo de vehículos sigue creciendo. No obstante, Jaguar espera que su nueva dirección capte la atención de los compradores más jóvenes y, al mismo tiempo, atraiga a los que sienten predilección por el lujo moderno.
El nuevo logotipo ha suscitado división y algunos lo han comparado con la marca de moda de los productos de limpieza o con la estética del Dodge Neon. Pero cumple su propósito: suscitar debates y volver a poner a Jaguar en el candelero. El vídeo de lanzamiento no era un anuncio tradicional, sino un post de Instagram deliberadamente desenfadado diseñado para captar la atención. Para una marca que estaba desapareciendo de la conciencia pública, este tipo de revuelo tiene un valor incalculable.
Un coche para los jóvenes y los jóvenes de corazón
Jaguar sabe que no puede vender "coches de viejos" a los jóvenes, pero sí puede vender coches jóvenes y vibrantes a los compradores de más edad, e incluso atraer a las generaciones más jóvenes. Al cambiar radicalmente su imagen y su gama de productos, Jaguar se dirige a un público más amplio. Los puristas del automóvil pueden refunfuñar, pero la verdadera prueba está en la percepción del público y la acogida del mercado. Después de todo, es la base de consumidores más amplia la que en última instancia da forma al mercado, no los entusiastas de nicho.
Una marca renacida
El cambio de marca de Jaguar es algo más que un nuevo logotipo o una nueva línea de productos: es un ambicioso intento de reescribir su historia. Es una declaración de que Jaguar se niega a ser una reliquia del pasado y está preparada para competir en un panorama automovilístico que cambia rápidamente. El movimiento es arriesgado, pero para una marca que ha prosperado en la adversidad, esta podría ser la chispa que reavive su lugar en la industria.
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