Los franceses y los italianos siempre han intentado oponerse a la visión alemana de los grandes coches de gama alta. Los alemanes siempre se han preocupado más por los matices técnicos, y el diseño del coche sólo tenía que ser sólido y discreto. Mientras tanto, los franceses no querían en absoluto estar de acuerdo con la opinión de que un coche podía parecer inexpresivo. Citroën, con su odisea cósmica DS/CX/XM/C6, siempre ha sido el paradigma de la exclusividad en el mercado de los coches grandes de gama alta, pero con la llegada del nuevo milenio, Renault también se ha lanzado a la producción de coches interesantes. Después de haber jugado cautelosamente con el Renault Safrane antes de 2000, Renault decidió sacudir el mercado de coches de gama alta con dos modelos diferentes a todo lo demás: el Vel Satis y el Avantime.
El Avantime ya había sido lanzado en el año 2000.
El Avantime ya se había presentado en varios salones como modelo conceptual desde 1999. En aquella época, era mucho más habitual que los grandes fabricantes lanzaran varios coches futuristas únicos, por lo que la reacción del público ante lo que básicamente era un concepto más fue bastante moderada. Nadie esperaba que el modelo bautizado como "Coupéspace" llegara a producirse. Así que todo el mundo se quedó con la boca abierta cuando Renault anunció más tarde que produciría este coche en serie en Matra.
La colaboración entre Matra y Renault había ido muy bien desde 1984, ya que el Renault Espace monovolumen (MPV - vehículo polivalente) que fabricaba Matra fue un auténtico éxito de ventas. Con el Espace comenzó la epopeya de Renault como experto en monovolúmenes. En 1993 lanzó el mini monovolumen Twingo, seguido del monovolumen compacto Scenic en 1996. Estos coches familiares tuvieron mucho éxito y Patrick Le Quément, diseñador jefe de Renault, tuvo una idea totalmente descabellada: ¿por qué no fabricar un monovolumen de dos puertas?
Matra disponía en ese momento de capacidad extra, ya que Renault había decidido trasladar la producción de la cuarta generación del Espace a su propia fábrica, por lo que la línea de producción de la tercera generación del Espace comenzó a utilizarse para un vehículo que el mundo nunca había visto antes: el monovolumen de dos puertas Avantime. Un portmanteau de la palabra francesa "Avant" (que significa "adelante") y la palabra inglesa "time" (tiempo), el nombre significaba que el coche estaba adelantado a su tiempo, y nadie se atrevía a dudarlo. El Avantime era unos 20 cm más alto que otros coupés y no se parecía a ninguno de ellos. Un habitáculo extremadamente espacioso y un gran maletero eran características de las que ningún coupé había podido presumir hasta entonces. Por no hablar de las exclusivas puertas laterales con un sistema de bisagras de doble apertura paralela (para reducir el voladizo y facilitar el acceso a las plazas traseras), el techo solar panorámico y las ventanillas laterales sin montantes. El diseño también se convirtió en un acento importante. Renault quería que la gente quedara fascinada por cada detalle del Avantime, y sin duda lo consiguió. Los periodistas automovilísticos escribieron que éste es el único concept car que se puede comprar de verdad.
Los responsables de marketing de Renault hicieron previsiones de ventas optimistas para el Avantime: según ellos, este coche poco convencional atraería a todos los que no estaban satisfechos con los coupés existentes. Sin embargo, la realidad resultó ser mucho más cruel. Los aficionados al automóvil alabaron el carácter innovador del Avantime, pero los compradores reales se mostraron mucho más reservados.
Los que necesitaban un coche para su familia se decantaron por el Espace, y los que querían ante todo un coupé de dos puertas asociaban el tipo de carrocería coupé con la deportividad, algo que el Avantime no tenía en absoluto. Sí, el Avantime estaba disponible con un motor V6 de 3 litros y 210 CV o con un motor turboalimentado de 2 litros y cuatro cilindros en línea y 163 CV. Pero estaba construido sobre la base del Espace y se conducía como un Espace. Lo peor de todo es que era incluso más pesado que el Espace, así que si añadimos el alto centro de gravedad, definitivamente no tenemos un coche con el que sea divertido tomar curvas. Y después de todo, los compradores de coupés eran los que querían sentir al menos un poco de este placer de conducción. Claro, el Avantime era genial para viajes largos - podías abrir el techo solar, bajar todas las ventanillas y casi sentirte como en un descapotable. Pero el Espace también era perfecto para viajes largos, y era mucho más espacioso que el Avantime y costaba más o menos lo mismo.
Renault se dio cuenta de lo doloroso que podía ser romper los estándares establecidos en el mercado premium. El Avantime se vendió 10 veces menos de lo previsto y, al cabo de dos años, con una producción de sólo 8.557 unidades, el experimento se interrumpió. El otro modelo de Renault, el Vel Satis, se mantuvo un poco más, pero también se vendió menos de lo previsto. Con todo esto en mente, el precio de un Renault Avantime ahora es casi ridículo - usted puede conseguir esta moderna pieza de arte sobre ruedas por sólo unos pocos miles de euros.
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