Intenta imaginar un deportivo estereotipado de los años 70. ¿Tienes una imagen? Estupendo; es muy probable que no sea muy diferente del De Tomaso Pantera - uno de los deportivos italianos más bonitos jamás fabricados.
El trabajo de diseño de este coche comenzó a finales de la década de 1960, cuando De Tomaso se dio cuenta de que necesitaba un heredero para el Mangusta. Como De Tomaso no era Ferrari, no podía permitirse contratar a una empresa de diseño cara y conocida como Pininfarina. Así que las líneas del Pantera fueron creadas por el estudio de diseño Ghia o, para ser más exactos, por uno de sus empleados: Tom Tjaarda, que entonces sólo tenía 26 años. Y diseñado muy, muy bien. El Pantera no desentonaría en absoluto al lado de los superdeportivos Lambo y Ferrari de los años 70, o de modelos como el Renault Alpine o el Saab Sonett. Además, esta hermosa carrocería no estaba montada sobre un bastidor como el de un camión, sino que era monocasco, ¡el primer caso de este tipo en la historia de la empresa!
Ahora que hemos hablado del exterior, echemos un vistazo al interior, pero no al motor, sino al habitáculo. Dado que el Pantera se diseñó pensando en el mercado estadounidense, tenía cosas como elevalunas eléctricos y aire acondicionado, características a las que los estadounidenses estaban acostumbrados y sin las que no comprarían ni el coche más rápido, pero que a los europeos les parecían el colmo del lujo. Si piensas comprar un Pantera y mides más de 180 cm, deberías plantearte si estás dispuesto a sacrificar comodidad en aras de una conducción divertida. El coche es tan bajo que los conductores más altos tienen que lidiar con que su cabeza toque el techo. Otra imperfección del interior del Pantera es que si apoyas el brazo en el reposabrazos del conductor, es muy posible que enciendas el encendedor, aunque no tengas ganas de fumar. A pesar de estas deficiencias, el habitáculo del Pantera no debería suponer un gran problema para la mayoría, sobre todo si se adquiere uno que haya recibido un buen mantenimiento.
Tras la inspección del habitáculo, llega el momento de la mecánica, y enseguida queda claro por qué el objetivo del Pantera era mostrar las mejores cifras de ventas posibles en EE.UU., y no en algún lugar de Mónaco o entre árabes ricos. El Pantera estaba propulsado por una planta motriz muy americana: un motor V8 de 5,3 litros que conseguía exprimir 335 CV. Como De Tomaso era una empresa pequeña, no podía permitirse el lujo de crear un motor nuevo como Lamborghini, así que pidió ayuda a Ford. Accedieron a dejarles utilizar sus motores con la condición de que el Pantera se vendiera a través de los concesionarios Ford en EE.UU.
El motor estaba montado en el centro del coche, como el Ford GT40. A decir verdad, el Pantera es, en gran medida, un Ford GT40. Motores similares, la misma transmisión ZF, comportamiento similar en carretera... La ventaja de este motor era su elevado par, que permitía cambiar menos de marcha y lo convertía en un buen coche para la conducción urbana. La combinación de caja de cambios y motor permitía al Pantera alcanzar una velocidad máxima de 256 km/h y acelerar hasta 100 km/h en sólo 5,5 segundos. Parece un auténtico supercoche, ¿verdad?
¿Cómo se comporta el Pantera en carretera? A medida que acelera, el Pantera se vuelve más estable y demuestra una mayor sensibilidad de la dirección. Pero no hay nada que temer: esta propiedad garantiza la maniobrabilidad del vehículo en las estrechas y serpenteantes carreteras de Italia y en los puertos de montaña de California. Debido al alto par ya mencionado, si cambias a una marcha inferior a más de 3.000 RPM, tienes que estar preparado para que el coche se sacuda hacia delante. Así que es mejor no hacerlo si tienes una curva cerrada o la parte trasera de un camión delante.
Sin embargo, no todo lo que parece bueno sobre el papel es siempre fiable en la realidad. Aunque eran coches muy bonitos, los Pantera distaban mucho de ser perfectos. No eran resistentes a la corrosión, no se ensamblaban bien, el motor se sobrecalentaba constantemente y la suspensión solía desmontarse. Según Jay Leno, De Tomaso nunca acababa de completar sus coches, y el Pantera no era una excepción. Por lo tanto, un modelo con cientos de miles de kilómetros debe conservarse, ya que es poco probable que consigas darle una segunda vida.
Sin embargo, tampoco es necesario despreciar el Pantera. En primer lugar, por el precio. Un Pantera en buen estado (dependiendo del año) cuesta actualmente unos 100.000 dólares. Si encuentras algo por 30-50 de los grandes, probablemente tendrás un coche muy cansado. Así que aunque no sea un Ferrari 308, el Pantera es un auténtico supercoche que no te costará tanto como otros modelos similares de esa época.
Otra ventaja es que se fabricaron bastantes Panteras. Algo más de 7.000 coches salieron de la fábrica. Se calcula que entre 4.000 y 5.000 de estos coches siguen circulando por las carreteras. Esto aumenta tus posibilidades de comprar un coche en bastante buen estado que, si le dedicas un poco de dinero, te permitirá robarle el protagonismo al Mustang aparcado cerca. Otro aspecto positivo es que, técnicamente, se trata básicamente de un Ford, por lo que puedes conseguir fácilmente piezas de repuesto en EE.UU. si algo se rompe. Sin embargo, lo barato también tiene sus desventajas: si te gusta mantener las cosas originales, deberías buscar otra cosa. Es bastante difícil encontrar en el mercado un Pantera completamente original y sin modificar. A muchos propietarios de Pantera les gusta personalizar sus coches a su gusto.
Los Pantera se produjeron durante mucho tiempo: 21 años. Durante ese tiempo, su diseño se modificó ligeramente para mantenerlo en línea con las tendencias de los supercoches de la década de 1980, y Ford finalmente se negó a suministrar motores. Sin embargo, seguía siendo esencialmente el mismo Pantera que salió por primera vez en 1971. Por desgracia, se ha convertido en una especie de canto del cisne para De Tomaso. El Pantera no solo fue el modelo más popular de la empresa, sino también uno de los últimos. Más tarde hubo algunas promesas de un nuevo superdeportivo, pero De Tomaso acabó declarándose en quiebra en 2015. El Pantera quedó para siempre como un ejemplo de superdeportivo atractivo y asequible, nacido en Italia y llevado a la vida en Estados Unidos.
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