El automovilismo puede ser fascinante por varias razones: las soluciones de ingeniería, las personas que conducen los coches, el formato de las carreras o incluso las decoraciones de los coches.
Si alguien tuviera que nombrar la combinación de colores más famosa, muchos dirían Martini Racing. Las rayas azul oscuro, azul claro y rojo han adornado muchos coches con carrocería de fondo blanco (con ciertas excepciones), empezando por Alfa Romeo, Ford, Lancia y Porsche, así como algunos equipos de Fórmula 1.
Sin embargo, la librea de Martini Racing no fue la única que dominó en el ámbito del automovilismo. Además de Martini Racing, hay otras dos libreas que dejaron su huella en la historia del automovilismo: Gulf Oil y John Player Special.
Los colores nacionales quedaron en el pasado
A lo largo de los años, el Campeonato de Fórmula Uno consiguió evolucionar en muchos aspectos. Sin embargo, los coches no fueron lo único que mejoró. También hubo cambios en la preparación de los pilotos, las soluciones de ingeniería, la organización de las carreras, la seguridad y... la comprensión de los beneficios del marketing.
Durante varias décadas, los coches de Fórmula Uno (entonces - Gran Premio) se decoraban con algunos arañazos y pegatinas de colegas y socios. Sin embargo, las decoraciones tenían un aspecto puramente simbólico. Al principio de la formación de la Fórmula Uno, los colores nacionales fueron los protagonistas. Por ejemplo, los fabricantes británicos pintaban sus coches de verde intenso. Mientras tanto, los alemanes usaban el blanco o el plateado, los italianos el rojo y los franceses el azul. Por supuesto, algunos fabricantes intentaron nadar contra corriente e ignoraron las normas universales. Sin embargo, desde 1920 hasta finales de la década de 1960, estas normas se respetaron.
Las tradiciones alimentadas durante años se rompieron con Colin Chapman, que fue jefe del equipo Lotus de Fórmula Uno e impulsor de varios proyectos. Fue él quien rompió la antigua tradición en 1968.
John Player Special -o Imperial Tobacco- firmó un acuerdo de cooperación de 85.000 libras con Chapman, que anunció este lucrativo trato justo antes del Gran Premio de España. Ese día, los coches Lotus salieron a la pista decorados de forma diferente. Su legendario verde británico de competición fue sustituido por una nueva combinación de colores que se asemejaba a los paquetes de cigarrillos Gold Leaf. El 12 de mayo de 1968 se considera el inicio de la era del patrocinio en el automovilismo, que abrió el camino a los equipos hacia el acelerado progreso tecnológico.
Las tabacaleras fueron las pioneras
La Fórmula 1 fue la única disciplina automovilística de categoría mundial que no contó con un modelo elemental de patrocinio de equipos hasta finales de la década de 1960. Después de que Lotus encontrara un fuerte respaldo financiero, los demás equipos de F1 (Ferrari, McLaren, Brabham, etc.) adoptaron el modelo británico. Y no sólo llegaron grandes patrocinadores a esta conocida rama del automovilismo mundial. Les acompañó una nueva tendencia en la decoración de las carreras de F1. Cada escudería creó una combinación de colores para sus coches, lo que permitió a los aficionados reconocer inmediatamente a sus equipos favoritos. Las diferentes combinaciones de colores fueron utilizadas hábilmente por John Player Special, una empresa tabaquera que en 1972 demostró cómo debía ser un auténtico anuncio sobre cuatro ruedas.
La exitosa integración de la marca John Player Special en las carreras de Fórmula Uno abrió las puertas a una nueva era en esta disciplina automovilística. Pronto, Marlboro, Gitanes y Camel también se interesaron por la F1. Cada uno de ellos eligió el mismo camino que John Player Special, decorando los coches de carreras con esquemas de colores personalizados.
Defensor de la tradición
Las compañías petroleras siempre han sido los principales patrocinadores de diversas ramas del automovilismo, al fin y al cabo es su público objetivo. A principios de los años 70, los directivos de Gulf Oil decidieron invertir en la promoción de la marca en todo el mundo. Como muchas otras empresas, la marca Gulf Oil aparecía en diversas publicaciones y en numerosos programas de radio. Sin embargo, estos medios no estaban a la altura de los más eficaces: las carreras automovilísticas.
Gulf Oil ganó popularidad mundial después de que sus Ford GT40, Porsche 917 y otros coches de carreras consiguieran importantes victorias en las 24 Horas de Le Mans en 1968, 1969 y 1975.
Gulf Oil puso una condición a todos sus equipos asociados. Tenían que utilizar una combinación de colores especial para los coches de carreras, de modo que todo el mundo supiera que Gulf Oil es quien los patrocina. Al principio, nadie pensó que la combinación de colores brillantes se convertiría en un gran ejemplo y fuente de inspiración para otros equipos que más tarde dominarían también en el ámbito del automovilismo.
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