El 15 de julio de 1957, el alcalde de Tulsa declaró a la gente del pueblo: "He aquí una cápsula del tiempo para las generaciones futuras". Sin embargo, cuando el alcalde pronunció estas palabras, no se refería a una caja compacta que contuviera objetos de época o fotos de los habitantes más dotados de la ciudad: hablaba de un coche.
Para conmemorar el Jubileo de Oro (el 50º aniversario del estado de Oklahoma), la ciudad de Tulsa excavó una enorme cámara subterránea y enterró en ella un flamante Plymouth Belvedere coupé de 1957.
Pero eso no fue todo. También se invitó a todo el mundo a participar en un concurso y adivinar la población de Tulsa en 2007, siendo el gran premio... el enterrado 1957 Plymouth en sí.
Para las generaciones futuras
Mientras los obreros se afanaban en la bóveda, los organizadores invitaron a la gente a llenar el coche con cosas que pudieran parecer valiosas en 2007.
Los habitantes de Tulsa respondieron a la petición y a lo grande. La gente trajo juguetes, discos de vinilo populares, ropa, etc. Uno de los habitantes del pueblo incluso sugirió poner un televisor en el coche - ¿quién sabe, tal vez la gente no use cosas así en el futuro?
Tras largas discusiones, los empleados municipales de Tulsa que cuidaban del Plymouth decidieron que debía ser enterrado con un recipiente de gasolina, una caja de cerveza Schlitz, pilas para linternas, un bolso de mujer, un bote de tranquilizantes, una multa de aparcamiento sin pagar, un paquete de cigarrillos, dos peines y un tubo de pintalabios. El coche también contenía una bandera de los EE.UU., cartas de varios estados, fotos de las actuales autoridades de la ciudad y una postal de la lotería.
En previsión del momento de la verdad
La gente del pueblo encargada del entierro del coche preparó un auténtico refugio antinuclear para el flamante Plymouth donde. Teóricamente, el coche debería haber estado a salvo de la humedad o incluso de una guerra nuclear.
Pero con el paso de los años, cada vez más gente empezó a dudar de las posibilidades de que el coche sobreviviera hasta 2007. Estas dudas se intensificaron aún más por un accidente de construcción cercano en 1973, cuando la rotura de una tubería principal de agua convirtió la calle en un pequeño río.
El 14 de junio de 2007 -50 años después del entierro del coche- la ciudad de Tulsa desenterró el cupé americano. Sin embargo, una vez abierta la cámara, causó más decepción que alegría. El coche estaba prácticamente flotando en el agua. Representantes de Tulsa revelaron más tarde que el coche había permanecido en el agua durante más de una década.
El agua en la cámara destruyó por completo el chasis, las llantas de aleación, el motor y partes del interior. Básicamente, el agua destruyó por completo este valioso premio
El ganador ya no está vivo
A pesar del sombrío estado de ánimo que contagió a todos los lugareños cuando vieron el oxidado Plymouth, los organizadores de la lotería tuvieron que completar su trabajo y determinar el ganador de la lotería de 1957. El ganador fue Raymond Humbertson, que en 1957 hizo la estimación más aproximada de la población de Tulsa medio siglo después. Calculó que en 2007 habría 382.457 personas viviendo en la ciudad. La cifra real fue de 384.743.
Tras anunciar al ganador, resultó que Raymond y su esposa habían fallecido en los años ochenta. La pareja no tenía hijos, por lo que los organizadores entregaron tanto el dinero del premio como el deteriorado coche a los parientes vivos más cercanos de Raymond.
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