¿Cómo reaccionaría el mundo hoy en día si fabricantes como, por ejemplo, Lamborghini o Bugatti, decidieran invertir en la producción de coches deportivos más baratos vendidos bajo otro nombre? Puede estar seguro de que tal movimiento sería recibido con escepticismo. En su día, la decisión de Enzo Ferrari de lanzar una nueva línea de coches sin utilizar el nombre Ferrari tuvo una acogida similar.
Sin embargo, el fundador y alma de la compañía tenía sus argumentos. Por aquel entonces, Enzo Ferrari sentía la presión de los vendedores para que presentara un modelo con motor central como los que fabricaban sus competidores: Lamborghini, o Porsche, con su cada vez más popular Porsche 911. No obstante, le preocupaba la seguridad de sus clientes, pues temía que no fueran capaces de manejar un coche con el motor montado por encima del eje real. Además, no quería arriesgar el nombre de Ferrari, ya que los deportivos más baratos tendrían que equiparse con motores menos potentes.
Por lo tanto, creó una marca separada y la llamó "Dino" en honor a su hijo Alfredino Ferrari, que murió joven pero había contribuido significativamente al desarrollo y mejora del motor V6. Según la idea original, era precisamente este motor, que hasta entonces sólo se había utilizado en carreras de Fórmula 2, el que debía ser el corazón del Dino. Al mismo tiempo, se suponía que ésta sería la diferencia fundamental con respecto a otros modelos Ferrari de la época, que utilizaban exclusivamente motores de 12 cilindros.
Después de varios años de pruebas, el primer Dino 206 GT vio la luz a mediados de 1968, con un bonito diseño de Leonardo Fioravanti de Pininfarina. El nuevo "bebé" de Maranello irradiaba estilo italiano: el coche tenía una forma aerodinámica, sin ángulos agudos, y toda la carrocería estaba hecha de aluminio, por lo que pesaba sólo 900 kg.
El biplaza contaba con un motor V6 de 2,0 litros y 180 CV, el mismo utilizado en el Fiat Dino, pero 20 CV más potente (Fiat y Ferrari habían acordado utilizar un motor y un nombre de modelo comunes a finales de 1964). El coupé podía alcanzar una velocidad de 235 km/h, y pasaba de 0 a 100 km/h en menos de 7 segundos. Por cierto, sólo se fabricaron 152 unidades el primer año.
En 1969, el modelo ya fue sustituido por el 246 GT, que estaba equipado con un motor V6 modificado de 2,4 L y 195 CV, y en 1971 se puso a la venta una versión Spyder GTS con techo desmontable. Con el tiempo, éste demostró ser el modelo Dino de mayor éxito, con más de 3.500 unidades vendidas en cinco años.
El Dino se vendía en los concesionarios Ferrari, pero su precio era al menos 5.000 dólares inferior. Sin embargo, en comparación con el Porsche 911, era un modelo algo más caro. Por ejemplo, el precio de venta de un Dino 246 GT en EE.UU. era de 14.000 dólares, mientras que su rival de Porsche era un 50% más barato.
Los compradores también estaban descorazonados por el hecho de que los coches no tuvieran el logotipo del Cavallino Rampante. Se rumoreaba que los concesionarios estadounidenses solían poner pegatinas de Ferrari en los modelos Dino porque era la única forma de convencer a los clientes para que los compraran.
1973 marcó cambios importantes en la historia del Dino y de Ferrari como empresa. Fue el año en que debutó el Dino 308 GT4 2+2. Bertone se encargó del diseño de este modelo (se trataba de la primera colaboración entre ambas empresas), y la clásica forma aerodinámica fue sustituida por ángulos agudos.
El Dino 308 GT4 2+2 fue diseñado por Bertone.
El coche podía parecer exótico, pero definitivamente no era el estilo de Ferrari. En su momento, esta decisión no fue bien recibida, y muchos culparon a la influencia del Grupo Fiat, que había adquirido el 50% de Ferrari en 1969. Está claro que el Dino se convirtió en un proyecto comercial, pero no muy exitoso. Intentó combinar deportividad y practicidad: la distancia entre ejes aumentó 21 cm, y en lugar de dos asientos, ahora estaba equipado con cuatro. También es interesante que el Dino 308 GT4 2+2 fue el primer coche de Ferrari en contar con un motor V8 que producía 250 CV.
La historia de la marca Dino terminó en 1976, cuando el capó, las ruedas y el volante del 308 GT4 se adornaron con el logotipo de Ferrari. Por decisión del Grupo Fiat, este automóvil rebautizado se vendió hasta 1980, ya que en aquella época se dio por sentado que Ferrari tenía que tener al menos un modelo asequible en su gama.
La historia de la marca Dino terminó en 1976, cuando el capó, las ruedas y el volante del 308 GT4 se adornaron con el logotipo de Ferrari.
Se calcula que Ferrari produjo unos 6.700 Dinos entre 1968 y 1980. ¿En cuánto se valoran ahora? Hubo un tiempo en que nadie necesitaba el Dino: los coleccionistas no los apreciaban y afirmaban que un V6 no puede ser el signo de un verdadero Ferrari. Sin embargo, las tendencias muestran que en los últimos años los precios de este coche han subido un 25% y el precio medio supera ahora los 300.000 dólares. Es cierto que se trata del precio de un Dino de primera generación diseñado por Pininfarina. Los modelos posteriores de Bertone no están tan valorados y se venden por entre 50.000 y 100.000 dólares.
Aunque en la última década se ha hablado repetidamente de que Ferrari revivirá el nombre Dino e introducirá un nuevo modelo, por ahora la única forma de tener un Dino es echar un vistazo a las subastas o a anuncios de coches clásicos. Pero, ¿han tocado techo los precios de los Dino? Los expertos en coches clásicos lo dudan. Vaticinan que este exclusivo modelo será aún más valorado como una excelente alternativa a los Ferrari tradicionales y que sus precios en los próximos años subirán aún más, hasta cerca del medio millón de dólares.
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