El 33 Stradale es uno de los coches más codiciados del mundo. Es lógico, ya que se trata de un coche de carreras de éxito con una carrocería preciosa. Además, fue el coche más caro cuando salió al mercado. Con sólo 18 de los 33 Stradale producidos y aún menos en existencia hoy en día, es poco probable que te encuentres con uno - incluso el museo Alfa Romeo almacena una réplica. Intentamos llenar este vacío y proporcionar conocimientos vitales sobre este Alfa de la crème de la crème.
Deseada por muchos, propiedad de unos pocos afortunados
El 33 Stradale debutó en el Salón del Automóvil de Turín de 1967 y causó un gran revuelo. No es de extrañar, ya que contaba con un chasis modificado de Alfa Romeo Tipo 33 y un impresionante estilo de Franco Scaglione.
Stradale significa literalmente «de calle», lo que denota para qué está pensado, mientras que la plataforma del Tipo 33 fue utilizada por Alfa durante muchos años, demostrando ser una base muy exitosa para un coche de carreras. En consecuencia, el 33 Stradale fue el coche de carretera más rápido que el dinero podía comprar en 1967: el coche ostentaba un récord de kilómetro parado en 24 segundos. La razón de ello es un V8 de cigüeñal plano derivado de carreras, que gira hasta las 10.000 RPM. Acelera hasta 100 km/h en 5,5 y alcanza los 260 km/h. Evidentemente, el bajo peso en vacío (la Stradale pesa 700 kg) y la carrocería aerodinámica tienen mucho que ver.
Hablando de la carrocería, su diseño, como se ha mencionado, proviene de Scaglione. Este hombre ha creado coches como Lamborghini 350 GT y Alfa Romeo Giulietta Sprint, pero el 33 Stradale es posiblemente su mejor trabajo. Tiene unas curvas magníficas, unas proporciones muy logradas y esas puertas en forma de diedro que envuelven el techo y que se utilizaron por primera vez en un coche de producción. Después de todo, los entusiastas llevan décadas babeando por el estilo del 33 Stradale. Apostaría a que alguien se ha desmayado después de ver uno en carne y hueso.
Las posibilidades de que alguna pobre alma se desmayara se redujeron al mínimo haciendo que el coche fuera extremadamente exclusivo. Como ya se ha mencionado, sólo se fabricaron 18 unidades en 1967 y 1968. Además, el 33 Stradale era el coche más caro del mundo: costaba 17.000 dólares, aproximadamente 6 veces más que un automóvil medio de la época. No es de extrañar que ahora pasen la mayor parte del tiempo en garajes con aire acondicionado, sólo para salir de vez en cuando. Aquí puedes ver uno de los ocho Stradale que quedan haciendo exactamente eso:
Tecnología punta de los años 60
El elevado precio no sólo se justificaba por la rareza del Stradale, sino porque contaba con una tecnología muy avanzada para la época, como LaFerrari hace medio siglo. El motor es sin duda una de las características principales: aunque sólo tiene 2 litros de capacidad, exprime unos 250 CV. Esto es cortesía de 4 árboles de levas accionados por cadena y dos bujías en cada cilindro. En comparación, Miura tenía el doble de cilindrada, pero no podía seguir el ritmo de la ligera 33 Stradale de alta tecnología.
El 33 Stradale también se parece mucho a un coche de carreras en otros aspectos. Tiene un chasis ligero de tubos de aluminio con una carrocería de aluminio moldeada a mano. Tiene una distancia entre ejes diferente a la del Tipo 33 de carreras, 10 cm más larga para ser exactos. Al igual que el coche de carreras, el Stradale cuenta con frenos de disco en las cuatro esquinas, los traseros interiores para reducir el peso no suspendido. La masa se minimiza aún más con las pequeñas pero anchas llantas de magnesio, de sólo 13 pulgadas de diámetro, pero de 8 (delante) y 9 (detrás) pulgadas de ancho. Por último, la suspensión es la habitual en los coches de carreras de la época: brazos de control dobles delante y brazos de arrastre detrás.
Curiosamente, Alfa no dejó de mejorar los Stradale ni siquiera durante la corta tirada de producción. Al estar construidos a mano, estos coches recibían constantemente pequeños ajustes, por lo que no hay dos iguales. Por ejemplo, los coches posteriores recibieron conductos de refrigeración adicionales detrás de las ruedas delanteras y traseras para mejorar la ventilación de los frenos. Otros cambios menos notables incluían los números de los faros, los limpiaparabrisas y las posiciones de detalles menores.
Reutilización para otros experimentos de diseño
No todos los 33 Stradale acabaron conducidos por los playboys de los 60, cinco fueron utilizados por Pininfarina, Bertone e Italdesign. El chasis de tubos bajos y anchos se prestaba bien a los valientes conceptos de los carroceros italianos. Es innegable que mola mucho más tener el chasis y el motor de un coche de carreras para impulsar tu estudio de diseño, en lugar de presentar un caparazón de plástico inmóvil con las ventanillas oscurecidas.
Podría decirse que los seis conceptos producidos sobre el chasis 33 Stradale son interesantes, pero El Alfa Romeo Carabo 1968 de Bertone es el más llamativo. Fue pionero en el tema del diseño de cuña y rectángulo, que más tarde definiría las décadas de 1970 y 1980. Diseñado por Marcello Gandini, el concepto del Carabo verde era chocante y desafiante, pero podría decirse que inició una tendencia que daría forma a los coches a partir de Lamborghini Countach, terminando con MkII Golf.
Si ahora sueña con poseer un 33 Stradale, le recomendamos encarecidamente que deje de hacerlo por su propio bien. Se calcula que hoy en día cuestan unos 10 millones de dólares, si es que alguna vez cambian de manos. El problema es que es bastante improbable que eso ocurra: a sus propietarios les gusta conservarlos. Así que si llega a ver una de estas rarezas italianas en algún evento, asegúrese de dedicar el tiempo suficiente a apreciar el trabajo artesanal que se ha hecho con ellas. Es poco probable que vuelva a tener otra oportunidad.
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