Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos vio una afluencia de coches deportivos europeos, con modelos como el Jaguar XK120 y el Nash-Healey ganaron una gran popularidad. Sin embargo, muchos de estos modelos importados no se adaptaban a las necesidades de los estadounidenses, que buscaban vehículos adecuados para recorridos largos y rectos, y que ofrecieran un gran confort.
La clara demanda del mercado de un auténtico deportivo estadounidense llevó a General Motors a actuar con rapidez. En 1953, presentó el Chevrolet Corvette, que supuso el lanzamiento del primer deportivo fabricado en Estados Unidos, una leyenda sinónimo de la esencia de la cultura estadounidense, al igual que "los perritos calientes, el béisbol, las madres y la tarta de manzana". Cabe destacar que sigue siendo el coche deportivo más fabricado en Estados Unidos hasta la fecha.
El Corvette se presentó inicialmente como un vehículo conceptual (EX-122) durante el salón del automóvil Motorama de General Motors de 1953. Tras obtener una reacción abrumadoramente positiva, GM inició su producción en solo seis meses. Bautizado en honor a un buque de guerra rápido y ágil, el Corvette continuó el legado de los roadsters europeos.
La visión inicial del Corvette era igualar la longitud de un Jaguar e introducir una silueta más ancha y plana complementada con un parabrisas panorámico. Una característica revolucionaria del Corvette fue el uso pionero de la fibra de vidrio en su construcción, lo que supuso la primera vez que este material compuesto ligero se utilizaba en un vehículo de producción, lo que ofrecía una reducción de peso sustancial en comparación con sus competidores.
Entre los elementos de diseño distintivos del Corvette se encontraban su emblemática parrilla cromada con diseño de "dientes" y sus característicos pilotos traseros en forma de bala. Aunque el emblema original del Corvette incluía una bandera estadounidense, este detalle se eliminó posteriormente debido a la normativa que prohibía el uso de la bandera en productos comerciales. Harley Earl, diseñador jefe de General Motors, que desempeñó un papel fundamental en la defensa de la creación de un deportivo biplaza, admitió que el diseño de dientes abiertos de la parrilla se inspiró en los modelos Ferrari de la época.
A pesar de su aspecto deportivo, el motor inicial del Corvette, de seis cilindros y 3,9 litros con 150 CV, no estuvo a la altura de las expectativas de rendimiento estadounidenses, lo que provocó unas ventas decepcionantes de solo 300 unidades ensambladas a mano en su año de debut. Estos modelos, todos acabados en blanco con interiores rojos, no satisfacían las expectativas de potencia de los compradores potenciales, lo que puso en peligro la continuidad del Corvette, cuyo precio en 1953 era de 3490 dólares. Afortunadamente, la introducción de motores más potentes y las modificaciones de diseño en 1956 revitalizaron sus ventas y consolidaron su legado.
La introducción de un motor V8 de bloque pequeño para sustituir al motor de seis cilindros en línea inicial del Corvette supuso un cambio revolucionario que catapultó al coche al centro de atención como uno de los vehículos de alto rendimiento más destacados de Estados Unidos. A partir de 1955, con un motor de 4,3 litros que desarrollaba 195 CV, el Corvette fue objeto de continuas mejoras. En 1962, culminando la era Mk1, contaba con un motor V8 de 5,4 litros con una impresionante potencia de 360 CV. En una época en la que la velocidad y la potencia eran primordiales, estas mejoras impulsaron significativamente las ventas y la popularidad del Corvette, anunciando su estatus como el coche deportivo icónico que es hoy en día.
Entre 1953 y 1962, GM produjo un total de 68 915 unidades de la primera generación del Chevrolet Corvette, conocido como el C1. Hoy en día, sus precios parten de unos 50 000 dólares, y muchos superan los 100 000 dólares. Los modelos de 1953, en particular, tienen un valor inmenso para los coleccionistas; por ejemplo, uno se subastó por 660 000 dólares en el evento de Scottsdale de 2014.
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